¿Qué hay, amantes del frío, el chocolate caliente y las compras navideñas?
A lo mejor puede que no os hayáis dado cuenta (lo dudo), pero sí, ya estamos en invierno. A mediados, para ser exactos. Siento no haber escrito antes, pero ser un alumno de último curso en el instituto te proporciona una vida de lo más ocupada. Pero ya estoy aquí, para que podáis echarle un guiño positivo al invierno y os fijéis en qué os podría quedar mejor para esta época del año.
Empecemos por hablar de la estación. En cierto modo, al igual que el castaño y lluvioso otoño, esta época del año en la que nos encontramos también tiene su encanto. Por favor, seguro que todos los que me estáis leyendo ahora mismo os habéis imaginado la típica escena: viendo una película -si es antigua, mejor- mientras por la ventana los delicados copos de nieve cruzan tu piso de arriba abajo.
Vale, sí, me habéis pillado. Este año, la poderosa y magistral Madrid ha estado desierta de nieve. ¡No ha cuajado!
Bueno, y cuando digo «cuajado», también digo «nevado»… Y eso ha influido bastante a la hora de vestirse este año… El clima lo es todo, sobretodo en esta época.
Al menos, tenemos aún el ambiente navideño: las calles a rebosar de gente deseosa de repartir regalos a sus seres queridos, las luces recorriendo las grandes vías de la ciudad y bueno, a la hora de las compras navideñas, siempre ves algo que podrías regalarte, ya sabes… A ti mismo.
Aunque bueno, ya sabemos qué es todo lo mejor del invierno: el descanso de las vacaciones de Navidad. Aunque yo este año no estoy descansando mucho, es más, hago de todo menos descansar. Adelantar trabajos, estudiar para la siguiente evaluación, escribir en el blog y adelantar sobre la historia de Diego Olmedo, y muchas más cosas como gastar al menos un 30% de mi tiempo en amigos.
Bien, pasemos a lo que más se ha visto estos últimos meses de puro invierno madrileño:
Empezando por abajo, en los pies, los botines y zapatos de tonos marrones y marinos han destacado por todo el centro de la ciudad.
Aunque aún no te veas lo suficientemente mayor como para llevar unos zapatos así, debes pensar que la elegancia no depende de la edad, sino de la seguridad que tengas en ti mismo.
Otra opción sería esta serie de botines y zapatos de charol vistos en Zara.
Subiendo un poco, nos hayamos en la sección de pantalones. Han vuelto los cagados. La verdad, nunca he encontrado el atractivo de este tipo de pantalones, pero este año se han llevado de manera muy sencilla, con que les he dado mi visto bueno.
Dato importante: llevar pantalones de chándal no te quita clase. Puedes llevarlos con la camiseta indicada y el conjunto puede superar lo «casual».
Aunque bueno, respecto a los pantalones, nadie debería preocuparse. Es decir, lleves los que lleves -exceptuando casos extremos-, siempre serán bien vistos. Eso sí, una cosa es el estilo de pantalones –skinny, cagados, clásicos…- y otra el color de estos. No nos pensemos que un pantalón blanco va a quedar bien en invierno solo porque pega con la nieve.
Subamos un poco más. Como ya sabréis, siento cierto cariño por las camisas y las corbatas, y no está mal de vez en cuando ir un poco preppy por la vida… ¡Y siempre podéis conjuntarlo con una chaqueta fina o de lana!
Pero también puedes optar por camiseta + chaqueta de punto. Este invierno puedes permitírtelo, pero otros no.
Y respecto a las chaquetas… Este año se ha visto de todo, para qué mentir. Pero las más destacadas son las siguientes:
El acolchado del último estilo proporciona el suficiente calor para un invierno tan seco como este.
Y finalmente, accesorios. Las gafas de sol JAMÁS estarán de más, al igual que algún que otro gorro o boina, que siempre te hará parecer más posh durante esta época del año. Y no nos olvidemos de las bufandas… Ni tampoco de las orejeras. Siempre te acabas olvidando de las orejeras cuando más las necesitas, lo dice un experto con las orejas heladas.
¡Y esto ha sido todo por hoy! Como siempre, espero haberos inspirado para crear vuestro propio estilo, y que paséis unas deliciosas navidades…
Saludos de
Rodrigo Paniagua
El día que lo publicaste llovió por fin. El invierno estaba esperando tu entrada para llegar; eres increíble.
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