La Experiencia Onírica de ‘Lux Æterna’

En Navidad las calles se llenan de luz y color, y por estas fechas, igualmente lo hace el cine de Gaspar Noé con su última película: Lux Æterna.

Lo último de Noé presenta una trama absolutamente delirante enmarcada en el rodaje de la primera película dirigida por la actriz Beatrice Dalle -que se interpreta a sí misma. Esta película aborda el oscuro y cruel proceso de caza de brujas, teniendo a Charlotte Gainsbourg -que también se interpreta a sí misma- como super estrella del rodaje. Un cúmulo de inconvenientes va a terminar por hacer del proceso de filmación una experiencia histriónica, delirante y muy desfasada.

El cine de Noé tiende siempre a buscar lo exagerado, abordando cada filme alguna cuestión tabú para la sociedad que pasa a ocupar un papel central en la película. En Irreversible acudimos a una oda exagerada de la violencia, en Love el sexo fue el elemento central de su provocación y, en Clímax, lo fueron las drogas. Ahora con Lux Æterna, lo que se exagera de forma abrumadora es la luz, su uso, y su presencia.

A lo largo del mediometraje -pues apenas dura 55 minutos- aparecen en pantalla diversas citas de artistas reputados -como Dostoievski o Buñuel– que indican el compromiso artístico de Noé con el cine, así como su concepción misma del audiovisual en particular y el arte en general. A lo mejor ese es el motivo principal por el que este trabajo ahonda en el estilo del metacine.

La película parece estar repleta de simbolismo. El inicio de la película se produce con una conversación entre la directora y la protagonista de su película. Entre otras cosas, hablan de la fe, de su relación con Dios, Cristo y la divinidad. La directora -que se afirma creyente- se queja de no poder escuchar a Dios cuando le reclama, de la falta de señales. Sin embargo, el final de la película ilustra la quema de tres brujas en una posición muy similar a aquella en la que fue crucificado Jesucristo, con las actrices sufriendo solas ante una masa de gente que ni se inmuta ante la injusticia que atestiguan. Del mismo modo, ese hecho parece establecer un paralelismo con la vida Jesús, quien fue injustamente acusado y sacrificado. Las brujas se presentan como las nuevas mártires de la historia.

También se puede atisbar un cierto tono de denuncia hacia esa cultura de la persecución contra las mujeres. Donde mejor lo podemos percibir es en el “pique” profesional entre el director de fotografía y la directora de la película. El primero, que se jacta de llevar años en la profesión y de haber trabajado con grandes como Godard, se niega a aceptar la autoridad de la Beatrice, una actriz que por primera vez se pone al frente de una película. También se ilustran situaciones en las que las mujeres del rodaje son hostigadas y, en cierto modo, acosadas por parte del personal de la película. La insumisión del director de fotografía y la minusvaloración de las mujeres del equipo podría ser interpretada como una herencia de esa cultura de caza de brujas.

A nivel técnico, el mediometraje es un delirio de luz, color (donde destacan los primarios RGB) y sonido que busca aturdir y desorientar al espectador. Desde luego, no es una obra apta para personas con predisposición a la epilepsia. El argumento sirve para justificar la utilización de la pantalla partida, algo que no ayuda a orientar al espectador. La cámara en mano que persigue con planos caóticos a los personajes -un recurso muy empleado por Noé- también aparece en esta ocasión. Con todo esto, el director ayuda a embriagar al espectador de esa sensación de desorden y caos que pretende ser el rodaje que se muestra.

Por eso y todo lo dicho anteriormente, se lleva una nota de 4,3 sobre cinco.

Puntuación: 4 de 5.

Lux Æterna es un ejercicio onírico, exagerado y delirante propio de la cinematografía de Gaspar Noé, una experiencia que va más allá de lo meramente artístico, constituyendo un viaje sensorial físico y psicológico.

¡Y ya estaría! Próximamente más reseñas, más posts, más videos en YouTube y ¡más de lo que te gusta! Puedes seguir al autor de esta reseña, Jorge Rodríguez, en Instagram.

Escrito por

Estudiante de Sociología y Relaciones Internacionales interesado en mirar con perspectiva crítica el mundo. Amante del cine, los libros y la música. Las series me cuestan un poquito más pero me estoy esforzando.

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