¡Hola, superestrellas! ¿Cómo estáis?
Netflix acaba de estrenar una nueva película con Javier Gutiérrez de protagonista, y estaba bien claro que en este blog no podía faltar una reseña. Bajocero cuenta la historia de Martín, un policía que debe trasladar en un furgón blindado a un grupo de presos peligrosos y, por ende, andarse por cuidado a lo largo del camino por unas carreteras solitarias. ¿Qué podría salir mal? Bueno, quizá que las palomitas se nos queden frías de estar pegados a la pantalla. ¿Qué tal si analizamos un poco la película?
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La trama de por sí es bastante original. Aunque el género policíaco no sea algo innovador dentro de la cartelera española de los últimos años, esta vez percibimos el papel de la ley desde un punto de vista completamente nuevo. Los buenos pasan a ser malos, los malos a buenos, y el equilibrio de poder varía en cada escena. El ritmo es muy ligero y los personajes bastante notables.
Hablando de estos, cabría mencionar el maravilloso elenco con el que contamos en la película. Ninguno de los actores se salva de una magnífica interpretación, pero me gustaría mencionar las performances de Patrick Criado y Luis Callejo, los cuales se han ganado incluso más mi admiración con estos papelones. Y por supuesto, Karra Elejalde, el cual tampoco deja nunca de sorprenderme.
Algo que se podría destacar de la película a niveles técnicos sería la paleta de colores, fríos y sobrios, casi monocromáticos que nos hacen sentir en un ambiente distante, seco y hostil. Por lo general, la producción es bastante buena, aunque hay una pequeña escena en la película que sucede a cámara lenta tras «un disparo», en la cual el efecto de cámara no llega a satisfacerme demasiado… No obstante, un gran trabajo, desde la Dirección de Arte hasta la de Fotografía, pasando por todos los demás departamentos.
La temática principal de la historia nos lleva a varios salientes entre los cuales se encuentran las consecuencias de la brutalidad policial, el papel de los presidiarios dentro de la sociedad, la balanza de poder y el constante dilema que nos hace plantearnos qué es más importante: ¿hacer caso a la ley o a la justicia? Yendo uno por uno, aunque se aprecie tan solo al principio el asunto de las «fuerzas autoritarias» ejerciendo su exceso de poder, claro está que de ese modo no empatizamos para nada con el compañero policía de nuestro protagonista, sino más bien con los criminales, de los que cuales se está abusando. Sin embargo, tenemos al personaje de Martín (Gutiérrez) como el poli bueno, que solo quiere seguir la ley pero que en cierto modo logra empatizar con los presos. De ahí que en un principio, consideremos al poli malo como el villano de la historia. Y lo mismo pasaría con el personaje de Elejalde, el cual parece un asesino frío y sin sangre en las venas que busca muertes sin ton ni son (porque admitámoslo, hay escenas bastante desagradables en la película), pero al final acaba siendo el personaje con el que más logramos empatizar. Ese es el poder de un buen guión.
Y hablemos del punto de final: ¿Seguir la ley o la justicia? La subtrama de nuestro villano principal nos es muy familiar, puesto que podría estar claramente basada en los acontecimientos que pasaron años atrás con el suceso de Marta del Castillo, en los cuales una joven de 17 años desapareció y a día de hoy sigue en paradero desconocido. Con esta película, de un modo u otro, se le logra hacer un poco de justicia y hacernos recordar que con los asesinos y los violadores: cero tolerancia.
Bajocero es una película con una historia original, un elenco magnífico y un mensaje bien claro que nos deja medianamente a gusto. De ahí que mi nota para esta sea un 4,2 sobre 5.
¡Y ya estaría! Espero que os haya gustado la reseña y os animéis a verla. Mientras tanto, podéis seguirme tanto en el blog como en mi canal de YouTube e Instagram, donde subo semanalmente contenido que a lo mejor te guste.
Nos vemos pronto,
RP