Por qué ‘Fate: la Saga Winx’ no ha gustado a la crítica

¡Hola, superestrellas! ¿Cómo estáis?

La semana pasada se estrenó una adaptación muy esperada para los fans de la serie infantil de los 2000. Se trata de Fate: Winx Saga, la cual está basada en los personajes de la historia que en 2004 llegó a nuestros televisores. No voy a mentir, yo no veía la serie, pero le eché un vistazo a un episodio (hay algunas temporadas también disponibles en Netflix), y a partir de ahí he generado una opinión bastante clara sobre está nueva versión. Supongo que ya os habréis hecho una idea por el título del post, pero ¿qué tal si lo explicamos un poco?

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Dado que hay muchísimas diferencias entre la serie animada y esta nueva versión, iremos punto por punto:

UNA TRAMA MUY POBRE

Podría decirse que, en general, la serie tiene fallos por todas partes. Pero sinceramente, la trama es la base de todo. Partiendo de que el cliché de el niño perdido/elegido ya está muy manido, y en este caso ni siquiera se ha utilizado de manera original, no cabría esperar más que otro cliché tras otro. Para ver series así, prefiero ver alguna que sienta que me aporta algo. Porque esta, me temo que no.

LOS PERSONAJES

O más bien, las relaciones entre ellos. Da la sensación de que la cronología de la temporada completa sería algo así como unas semanas escasas, y sin embargo, las cinco chicas protagonistas se hacen repentinamente mejores amigas, cuando a lo largo de la historia, parece que solo están juntas cuando se ven obligadas por la trama. No hay un solo momento de relax en toda la serie donde podamos verlas disfrutar de su compañía, juntas y tranquilas, y no hablemos del personaje de Stella, el cual no es simpática con el resto hasta el final, cuando de pronto todas parecen quererse como si fueran hermanas. ¿Stella y Bloom no se odiaban tanto por el amor de un chico? En fin, una «sororidad» muy mal llevada.

LA REPRESENTACIÓN LGBT+

Teniendo en cuenta que la serie original es de comienzos de los 2000, está claro que por aquel entonces no había apenas personajes de esta comunidad. Todas las parejas de esta serie eran heteronormativas, y claramente, no es algo fácil meter esta representación sin resultar forzado. Sin embargo, la intención de que aparezca esta representación en la serie es para que parte de la audiencia pueda sentirse identificada con estos personajes. Eso no es algo que hayan conseguido en la serie, puesto que la única trama «mínimamente» LGBT+ es la de los antagonistas adolescentes, entre los cuales la situación resulta confusa y acaba aburriendo. ¿Son los tres una clase de triángulo amoroso… o simplemente querían meter a un chico gay y al final no han sabido lidiar con él?

LA REPRESENTACIÓN RACIAL

Al igual que los personajes LGBT+, los «no blancos» también escasean. En la serie animada, de las seis protagonistas femeninas, la mitad de ellas se compone por una asiática, una latina y una negra. Cabe destacar que, por aquel entonces, los personajes se inspiraron en celebridades reales (Britney Spears, Cameron Diaz, Lucy Liu, Beyoncé, Jennifer López y Pink). Esto le aportaba mucho más estilo y personalidad a cada una de ellas. Sin embargo, en esta nueva versión, aunque no hayan añadido a una de las protagonistas blancas, también han sustituido a Flora, la latina, por Terra, su «prima», la cual es blanca pero no tiene un cuerpo normativo y por eso los creadores debieron de pensar que se salvaba. Y lo mismo podría decirse del personaje de Musa, el cual podría pasar tanto por blanca como por asiática, haciendo uso así del llamado white-washing, en el cual se introduce en una producción a otras etnias de manera que parezcan «lo más blancas posibles» (personas negra con piel clara, asiáticas con rasgos discretos,…).

LA «GORDA» DEL GRUPO

Hablando un poco del personaje de Terra, la sustituta de Flora (y puede que quizá el único personaje pasable), aunque ya hemos mencionado el white-washing realizado a su personaje, al menos se ha introducido de un modo u otro a un personaje de cuerpo no normativo, y aunque se ha tratado de fomentar en la serie el body positive, no parece haberse logrado del todo. Quizá, si hubiesen hecho como en la serie Euphoria con el personaje de Kat, y hubiesen empoderado al personaje, en vez de ponerla como la loser sin estilo de la academia, hubiera ganado muchos más puntos para la audiencia.

EL VESTUARIO

Dejando a un lado que muchos de los actores parecen treintañeros (y eso que algunos son de mi edad), la ropa que utilizan no parece tener mucho que ver con sus personalidades, o al menos en relación a la serie orginial. Mientras que Winx Club era característica por la moda (al parecer, había diseñadores reales involucrados en el vestuario de la serie animada), esta serie ha dejado muchísimo que desear. Partiendo de que un adolescente, y menos a día de hoy, vestiría como las protagonistas, su vestuario ni siquiera podría considerarse tendencia a día de hoy. El personaje de Stella mismo, que podría ser perfectamente la fashionista del grupo, parece la versión cincuentona de Sharpay Evans.

LA AMBIENTACIÓN (AESTHETIC)

Mientras que en la serie animada, la ambientación es una mezcla entre futurismo y magia, influenciado todo por la época de los 2000, aquí en la serie se ha recurrido a la estética dark academia que ya hemos podido observar en franquicias como Harry Potter o películas como El Club de los Poetas Muertos, Vampire Academy o Maurice. Este estilo es honestamente de mis favoritos, aunque relacionándolo con la serie, parece que se ha alejado excesivamente de la esencia de la versión original, perdiendo por completo el sentido de muchas tramas que podían haber surgido a partir de la serie de 2004.

¿LA NUEVA SHADOWHUNTERS?

Tengo la sensación de que he sido el único en fijarse en esto. Tras la cancelación de la serie basada en los libros de Cassandra Clare, da la sensación de que la plataforma andaba buscando una nueva serie adolescente con magia involucrada. Y aunque tampoco me considere un admirador de Shadowhunters (y considere que el listón no estaba muy alto para poder superarlo), esta nueva serie no ha logrado ni ponerse a su nivel. Los efectos especiales han dejado mucho que desear y además, al parecer, en la serie animada, las transformaciones de las protagonistas a hadas eran constantes, mientras que en esta nueva versión solo hemos podido verlo al final de la temporada.

¿SEGUNDA TEMPORADA?

Dado que la opinión pública supera a la crítica, seguramente contemos con una nueva temporada, y más aún después de cómo han dejado el final. Parecía que, tratándose de una temporada de seis episodios, se iba a hacer amena, y sin embargo me ha costado la vida acabármela. No obstante, parece que una próxima temporada (que dudo mucho que yo vaya a ver) quizá sea mucho más interesante que esta, con villanos más marcados y tramas más consistentes.

Ahora decidme… ¿qué os ha parecido a vosotrxs la temporada?

La nueva versión live-action de Winx ha dejado mucho que desear, no solo por la mala representación de minorías, sino por carecer de una trama completa, un buen desarrollo de personajes y resultar, así en general, una adaptación bastante decepcionante. De ahí que mi nota final sea un 1,5 sobre 5.

Puntuación: 2 de 5.

¡Y ya estaría! Espero que os haya gustado la reseña y os animéis a verla. Mientras tanto, podéis seguirme tanto en el blog como en mi canal de YouTube e Instagram, donde subo semanalmente contenido que a lo mejor te guste.

Nos vemos pronto,

RP

Escrito por

Nacido en el Madrid de 1998. Amante del cine, los libros y su ciudad. Nada como la buena música, la elegancia y vivir la vida siempre siendo uno mismo. Instagram: drigopaniagua. YouTube: Rodrigo Paniagua

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