¡Hola, superestrellas! ¿Cómo estáis?

La nueva película del gran Wes Anderson lleva ya unas semanas en cartelera, y viendo las todas las críticas que ha recibido, era necesario ir a verla al cine. Por eso, hoy en el blog hablamos de La Crónica Francesa… ¿Empezamos?

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Comenzando por la trama que dirige la película, Wes Anderson trata de ofrecernos una historia sencilla en base a otras cuatro un poco más enrevesadas. No es la primera película en la que se sumerge en la cultura europea para mostrarnos una ambientación hecha de tonos alegres y cierto tinte de pretenciosidad. Es su sello, está bien. No pasa nada, es humor al fin y al cabo. No obstante, el director ha querido superarse, llevándonos a un montón de situaciones, escenarios y personajes que quizá podrían llegar a ser un tanto liosos en una primera impresión. A parte de que había momentos que quizá se hacían un tanto lentos.

Los personajes son también dignos de la visión del director, carecen de un realismo puro y se sienten más como puras caricaturas que obviamente reflejan una crítica social, cada cual de un tema distinto. Y si hablamos ya del elenco que ha dado vida a dichos personajes, no sabría ni por dónde empezar… Dado que hay más de una docena de estrellas formando parte de este magnífico cast, destacaré las figuras que más me han sorprendido en sus papeles: Tilda Swinton, Benicio del Toro, Frances McDormand y Léa Seydoux. Teniendo en cuenta que todos los actores han estado de diez, estos cuatro son los que realmente han logrado destacar (en base a sus trabajos previos).

Algo que no suelo destacar en mis reseñas es el uso del sonido en las películas, dado que no tienden a jugar con él. No obstante, en este caso sí que lo hacen, de manera bastante breve, pero es solo la gota que colma la perfección de esta película.

Y es que aquí donde entramos a hablar de lo maravilloso que es el Diseño de Producción de The French Dispatch. No solo la estructuración de la película en secciones de periódico -todo relacionado con la trama y el título, claro- está extremadamente trabajo, sino que el formato también busca una coherencia con todas las historias. La forma de la pantalla varía dependiendo de la situación, al igual que el uso y desuso del blanco y negro a lo largo de la trama. Durante las escenas del presente y los planos que expresan sensaciones más vívidas es cuando realmente podemos contar con color en la pantalla.

Y claro está que, si hay algo destacable en esta película, eso es la puesta en escena. Si ya para alguien que no conoce el funcionamiento de un rodaje debe de alucinar en colores, teniendo en cuenta el gran trabajo por parte de cada miembro del equipo para formar esos platós, esa formación de actores y figuración y esa sincronía con la cámara, Wes Anderson ha logrado superarse. Es un hecho.

El mensaje final tiene ciertos tintes socio-políticos bastante interesantes que podrían reflejar en cierto modo la actualidad, pero desde una perspectiva algo vintage, dada la ambientación y el contexto de las historias. No obstante, dado que los capítulos abarcan historias que pueden sobreentenderse, no llegaría a ser un problema de compresión para casi ningún espectador, y mucho menos un fan del director.

Si hay una película de Wes Anderson que defina todos los detalles de su estilo a la vez, es esta. Un formato original, una puesta en escena de diez y un elenco envidiable. ¡Esta película se lleva un 4,8 sobre 5!

¡Y ya estaría! Espero que os haya gustado la reseña. Mientras tanto, podéis seguirme tanto en el blog como en mi canal de YouTube, TikTok e Instagram, donde subo semanalmente contenido que a lo mejor te guste.

Nos vemos pronto,

RP