¡Hola, superestrellas! ¿Cómo estáis?
Esta semana se ha estrenado en España una película que llevaba mucho tiempo deseando ver, protagonizada por la gran estrella de estos últimos años, Anya Taylor-Joy, y por eso mismo se requería una reseña posterior aquí, en el blog. De ahí que haya llegado el momento de hablar de Last Night In Soho, una película que no te dejará ni respirar… ¿Empezamos?
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Comenzando por la trama, aunque el estilo de esta -y de la película en general- nos recuerde un poco al del director Darren Aronofsky, la verdad es que es realmente original. El hecho de mezclar un mundo tan superficial y hasta frívolo como el de la moda con una historia tan pasional y oscura tiene cierto encanto que aún podría seguir viéndose innovador, y más aún con el Londres de los 60 como aesthetic principal. Aunque bueno, si echamos un vistazo a la filmografía de Edgar Wright, tampoco se aleja mucho de las obras maravillosas que nos ha traído a lo largo de los últimos años.
Sin entrar mucho en spoilers, el guión de la historia también es merecedor de mención. Mientras que los diálogos son divertidos y del todo cinematográficos, los giros que sufre la historia a lo largo de la película son simplemente brillantes.
Aquí es donde entrarían también los enigmáticos personajes que componen dicha historia. Desde la protagonista, interpretada por Thomasin McKenzie (Jojo Rabbit), la cual nos muestra un arco evolutivo como muy pocos, hasta la pareja formada por Taylor-Joy y Matt Smith (The Crown), la cual tiene una química que muchos desearían. Además, no olvidemos los cameos inesperados de Sam Claflin y Oliver Phelps. No hay un solo de los personajes que no esté interpretado por su actor o actriz perfectos.
Si hay algo con lo que se nos podría caer la boca al suelo en esta película, a parte de los plot twists, es el maravilloso montaje. No solo hablamos de la edición de las escenas, sino de la puesta en escena, en cómo se juega con el hoy y el ayer a través de «espejismos» entre las dos protagonistas. Con esta película, lo primero que te apetece hacer al salir del cine es buscar el making of en YouTube.
¡Y la cosa no se queda ahí! La dirección de fotografía y el uso de las luces y los colores nos recuerda ligeramente al estilo tan meticuloso que tenía Hitchcock en películas como Vertigo, pero con el «factor moderno» y, además, añadiéndole un juego igual de importante al sonido en la historia: este funciona casi como otro personaje más.
Y hablando de sonido… Necesitas escuchar el soundtrack. ¡No hay ni una sola canción que te vayas a saltar!
Dado que hablamos de una película en la que la moda tiene un papel importante, también es crucial hablar del vestuario. Aquí entra la intención del director en crear una barrera generacional entre las personas con «alma joven» y las de «alma vieja». En la película se trata de hacer un «homenaje» a la época de los 60 en Londres, pero burlándose a la vez de las personas de la Generación Z con gusto por las «antigüedades». Sí que es cierto que esto no está del todo pensado: por ejemplo, cualquier estudiante de moda que se precie respetaría la predilección de otras personas por la moda de épocas pasadas, al contrario que Jocasta.
No obstante, esto es imprescindible para mostrar a la protagonista, Ellie, como el cliché de «no soy como las demás chicas», esta vez llevado algo mejor. Conforme van sucediendo las escenas, el estilo de Ellie se va volviendo más retro y a la vez más oscuro, llegando a parecer una versión renovada de Jenny Humphrey, de Gossip Girl. No obstante, tanto su vestuario como el del resto de los personajes sigue siendo de diez.
Por último, el mensaje de esta película llega a ser tremendamente potente. Habiendo pasado ya a una generación mucho más abierta en cuanto a hablar del problema del #MeToo, a veces olvidamos todo lo que debieron de pasar miles de mujeres en décadas pasadas para conseguir sus sueños, muchas de ellas viviendo la odisea que sufre Sandie, el personaje de Taylor-Joy. Hay cierto punto en la trama donde por un momento te hace pararte a pensar sobre quién sería el verdadero villano de toda la historia, pero finalmente deja claro que solo hay uno… o más bien, muchos. La esencia feminista no se ve forzada en la película, lo cual es de agradecer, y sin embargo, fluye con toda naturalidad a lo largo de la película, mostrándonos ya desde el principio pequeñas microagresiones de los hombres hacia las mujeres en la sociedad actual.
La verdad es que, una vez vista la película, si te pones a pensar en cada detalle de esta y comienzas a comprender cada punto… Es simplemente mágico. Repito, un guión alucinante.
Si hay una película que me ha dejado sin palabras este año… es esta. Last Night In Soho te atrapa desde el minuto 1 y no te suelta hasta el final de los créditos. Sin nada más que decir, se lleva un 5 sobre 5.
¡Y ya estaría! Espero que os haya gustado la reseña. Mientras tanto, podéis seguirme tanto en el blog como en mi canal de YouTube, TikTok e Instagram, donde subo semanalmente contenido que a lo mejor te guste.
Nos vemos pronto,
RP
Un comentario sobre “‘Last Night In Soho’, el thriller feminista que necesitábamos”