¡Hola, superestrellas! ¿Cómo estáis?
Si bien lo que hace famosa a esta película no es la producción en sí, sino los constantes cotilleos del elenco a lo largo del rodaje y de la alfombra roja, era necesario comentar una historia así tanto como respirar. Y es por eso que hoy hablamos en el blog de No te preocupes, querida, una película que da mucho que contar.
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Teniendo en cuenta que la película ya apuntaba a maneras desde su trailer, he de confesar que desde el principio conocía el final. Esta película se siente como un reboot de The Stepford Wives, la película protagonizada por Nicole Kidman en la que todas las mujeres de un pueblo son las amas de casa perfectas. Sin embargo, esta tiene una esencia distinta una vez la ves, y desde luego cuenta con varios tintes que la película de 2004 no tiene.
Las escenas eróticas y las que se pasan de violentas hacen que esta nueva versión sea mucho más oscura y macabra, sin perder esa dosis de ambientación cincuentero que la hace tan atractiva.
Respecto al elenco, sabemos que Olivia Wilde es la directora -la cual ha llevado además un gran trabajo-, pero como actriz también ha logrado ser de las mejores de la película, junto a Florence Pugh y Gemma Chan. Sin embargo, en el caso de Pugh -la cual me sorprende en cada película suya que veo-, no voy a mentir si digo que en alguna ocasión, su interpretación me ha recordado a la de Midsommar. Respecto a Chris Pine y Harry Styles, las dos estrellas masculinas, Pine se mantiene en su nivel y Styles, aunque no lo hace del todo mal, se nota en algunas escenas que aún necesita más tablas para estar al nivel de su equipo. No obstante, las escenas eróticas las ha sabido realizar con mucha naturalidad.
Quizá (bueno, quizá no) lo más impresionante de la película es la dirección de arte y de fotografía. Tanto los planos como la estética que compone esta película hace de esta una adicción visual. Ese estilo de los años 50 y los suburbios durante la época de las bombas nucleares, al estilo Indiana Jones 4, se junta a una paleta de colores que crean la combinación perfecta. Y con la estética también cabe mencionar el vestuario y la caracterización, por supuesto.
No obstante, aunque hablemos de una ambientación perfecta, se ha decidido introducir algo de inclusión a la película, lo cual me parece perfecto. Si bien no aparece un solo personaje de la comunidad queer en la película, al menos contamos con un par de personajes racializados con peso en la trama, formando además parejas interraciales con otros personajes. Si hubiesen metido una pareja del mismo sexo como se hizo en la película de Kidman, hubiese ganado algo más, pero seguramente se hubiese quejado el público más arcaico.
Algo que también ha logrado destacar es el sonido juntos a los efectos especiales que, en general, crean el montaje magnífico de una película que, a pesar de ser visualmente satisfactoria, te deja con los pelos de punta de vez en cuando.
En cuanto al final (sin entrar en spoilers, por supuesto), he de confesar que lo veía venir al 80%. Aunque la película en sí es algo predecible, sobre todo si ya has visto la película de Kidman, logra que varios de los puntos te pillen por sorpresa. De todos modos, siendo predecible o no, es una película que a mí no me importaría volver a ver al cine.
Estamos hablando de una película con una estética envidiable, un elenco de escándalo y una producción maravillosa que hace pasar la película en segundos. Un 4,5 sobre 5.
¡Y ya estaría! Espero que os haya gustado la reseña. Mientras tanto, podéis seguirme tanto en el blog como en mi canal de YouTube, TikTok e Instagram, donde subo semanalmente contenido que a lo mejor te guste.
Nos vemos pronto,
RP